La flexibilidad de la programación, al menos gran parte de lenguajes, es como una goma elástica, se puede estirar y estirar, pero si te pasas se rompe. El limite lo ha de poner el programado.
La flexibilidad de la programación, al menos gran parte de lenguajes, es como una goma elástica, se puede estirar y estirar, pero si te pasas se rompe. El limite lo ha de poner el programado.